Arrodillarse frente a la cama, juntar las palmas de la mano y rezar; todos lo hemos hecho alguna vez en nuestra vida, cuando no encontrábamos el apoyo necesario, cuando creíamos que estábamos completamente solos; nos preguntábamos ''Dios, ¿dónde estás cuando más te necesito''. Han pasado diecisiete años desde que nací, y aún sigo haciéndome la misma pregunta. Maldita sociedad que nos hace ver la realidad distorsionada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario